Lucha contra los parásitos del Chihuahua


Los parásitos han ido adheridos a nuestros animales de compañía desde hace siglos. A pesar de nuestros modernos esfuerzos, las pulgas aún importunan la existencia de nuestras mascotas, y la nuestra propia. Todos los perros sienten picazón, y las pulgas pueden hacer roñoso y miserable al perro más feliz. La pérdida de pelo y la acción habitual de morderse y rascarse a si mismo figuran entre las molestias, además de otras entre las que se incluyen la transmisión de tenias y el comezón de toda la familia durante los meses de verano.

Existe una amplia gama de productos en las tiendas especializadas para controlar y eliminar a las pulgas, y su veterinario seguramente le hará las recomendaciones oportunas. Pulverizadores, polvos y collares desde el exterior; gotas y píldoras desde el interior. Comente las posibilidades con su veterinario. No todos los productos pueden ser utilizados conjuntamente unos con otros, y algunos perros pueden ser más sensibles a ciertas aplicaciones que otros. La morada habitual del perro debe ser desinsectada, así como el propio perro. Una infestación fuerte puede exigir un tratamiento múltiple.

Revise siempre cuidadosamente a su perro, en busca de garrapatas. Aunque las pulgas pueden adquirirse casi en cualquier parte, es más probable que las garrapatas se peguen en áreas densas de bosque, en pastos o en otros lugares al aire libre (tales como exhibiciones de perros o pruebas de obediencia). Los perros atléticos, activos y cazadores son los huéspedes más probables, aunque también puede serlo cualquier otro perro. Hay que tener muy presente que la enfermedad de Lyme se transmite por infestación de garrapatas.

Por lo que respecta a parásitos internos, los gusanos son potencialmente peligrosos para los perros y las personas. Los ascárides, los anquilostomas, los tricocéfalos, la tenia y la filaria constituyen una plaga de problemas. El desparasitado de los cachorros ha de iniciarse alrededor de las dos o tres semanas y continuar hasta los tres meses de edad. También es importante el adecuado cuidado higiénico del entorno para prevenir la contaminación de huevos de ascárides o anquilostomas. La mayoría de veterinarios recomiendan medidas preventivas contra los gusanos, aunque hay algunos inconvenientes con respecto a la introducción regular de venenos dentro del sistema de nuestros perros. Estas preparaciones diarias o mensuales ayudan a regular a la mayoría de los distintos tipos de gusanos. Consulte el uso de vermicidas con su veterinario.

Los ascárides plantean una gran amenaza para los perros y las personas. Se hallan en el intestino de los perros, y pueden transmitirse a las personas a través de la ingestión de productos contaminados con heces. La infección de ascárides puede prevenirse no paseando a los perros por zonas con muchas personas, quemando las heces, y llevándoles atados de manera responsable. (Por supuesto, en la mayor parte de las ciudades, las ordenanzas municipales obligan a llevar atados a los perros.) Lo normal es que los ascárides pasen de la madre a su camada, y las perras deben ser tratadas junto con los cachorros, incluso si sus análisis dieron negativo antes del parto. Los cachorros deben ser tratados cada dos semanas hasta los dos meses de edad.

Los anquilostomas, al igual que los ascárides, representan un peligro para los perros y las personas. El parásito anquilostoma (Ancylostoma caninum) causa en las personas la enfermedad cutánea «larva migrans». Sus huevos pasan a las heces e infectan áreas umbrías y arenosas. Las larvas penetran en la piel del perro, el cual se infecta. Cuando son ingeridos, estos parásitas afectan a los intestinos, los pulmones, la tráquea, y todo el sistema digestivo. Los perros sufren anemia y pierden grandes cantidades de sangre en los lugares donde las lombrices se depositan en los intestinos, etcétera.

Aunque es poco frecuente su transmisión a los seres humanos, son los tricocéfalos uno de los parásitos más comunes. Estos gusanos alargados afectan a los intestinos del perro, donde causan alteraciones en forma de cólicos o diarrea. A menos que se identifiquen en las heces fecales, los tricocéfalos son dificiles de diagnosticar. Los gusanos adultos pueden ser eliminados más fácilmente que las larvas, puesto que exhiben ciclos vitales insólitos. Una buena higiene de los terrenos exteriores es primordial para la prevención de estos parásitos.

Las tenias son transmitidas por pulgas, y entran en el perro cuando éste las ingiere. Los humanos pueden adquirirlas del mismo modo, aunque es probable que traguemos pulgas. Estudios recientes han demostrado que ciertos roedores y algunos animales salvajes han sido infectados con tenias, y los perros pueden ser afectados al cazarlos y/o comerse estos otros animales. Por supuesto, los perros cazadores y los terriers tienen más probabilidades de infectarse de esta manera que los perros caseros o los podencos no motivados. El tratamiento contra las tenias ha demostrado ser muy eficaz, y los perros implicados no muestran grandes síntomas ni molestias. Sin embargo, cuando las infectadas son las personas, puede dañarse gravemente el hígado. Una limpieza adecuada ha demostrado ser el mejor remedio preventivo contra las tenias.

La enfermedad de los gusanos del corazón (filaria) es transmitida por los mosquitos y afecta seriamente a los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos de los perros. Las larvas de la Diroftlaria irnrnitis entran en la corriente sanguínea del perro cuando es picado por un mosquito infectado. Las larvas tardan unos seis meses en madurar. Los perros infectados sufren pérdida de peso, disminución del apetito, tos crónica y fatiga general.

No todos los perros afectados muestran los síntomas de la enfermedad inmediatamente, y los perros portadores pueden estar involucrados durante años antes de que se manifiesten los síntomas clínicos. El tratamiento de la enfermedad de la dirofilaria ha sido eficaz, pero también puede ser peligroso. Como siempre, la alternativa preferible es la prevención. Ivermectin es el ingrediente activo en la mayoría de tratamientos preventivos contra la dirofilaria y es de eficacia comprobada. Consulte con su veterinario el preparado más adecuado para su perro. Generalmente los perros empiezan a tomar los medicamentos preventivos a los ocho meses de edad y continúan haciéndolo durante los meses no invernales.




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