Los desplazamientos del caballo

Los desplazamientos de los caballos son tan importantes como cualquier otro aspecto del cuidado del caballo. Exige una gran atención y precaución, porque un mal desplazamiento puede afectar en el rendimiento físico del animal o significar un cambio de carácter. Estos efectos, que son los más inmediatos y característicos, se producen por no escoger el transporte apropiado, por no tomar las precauciones adecuadas durante el viaje y por no tener una buena destreza a la hora de embarcar y desembarcar al caballo. Todo esto no debe pasarse por alto si se quiere que al animal no le repercuta lo que nunca tiene que convertirse en un traumático viaje.
Tipos de transportes
El abanico de posibilidades que se ofrecen para viajar en la actualidad son múltiples y variados. Desde el transporte por carretera, bien sea en camión, en auto-caravana o en el llamado van, hasta hacerlo por tren, barco o avión, la preparación rutinaria en la carga y descarga del caballo siempre será la misma, variando únicamente el interior del transporte y los diferentes consejos que se deben adoptar antes, durante y después del viaje.
Transporte por carretera: van, camión y auto-caravana
Es la solución más corriente y habitual, actualmente, para el transporte del caballo. El van o remolque, el camión y la auto-caravana son los medios utilizados, ofreciendo cada uno de ellos diferentes modelos con el fin de ajustarse a las necesidades del propietario.
El medio más habitual y práctico es el van, conocido como remolque de cuatro ruedas y con un espacio limitado para uno o dos caballos. Siempre ha de ir enganchado a un coche para su utilización. El van, además de permitir una total autonomía para viajar con el caballo, obtiene gran notoriedad por ser un transporte individual para cubrir importantes distancias kilométricas. Las precauciones deben estar encaminadas en evitar que cualquier brusquedad pueda derivar en el carácter del caballo. Una buena conducción y un vehículo en perfectas condiciones, es lo que se exigirá como mínimo para corresponder a la libertad y calidad que ofrece el van.
Se pueden distinguir dos tipos de van: el tradicional, de carrocería de madera, y el moderno, de fibra de vidrio o polyester. La construcción de estos remolques exige adaptar las necesidades de los caballos, las exigencias del tráfico y la construcción de los automóviles, en un espacio que oscila entre los 3 y 4,5 metros de largo, 2 metros de ancho y 2,5 metros de alto, suficiente para dos caballos.
El tradicional, menos llamativo pero más rentable, se caracteriza por ser más robusto y económico que el de polyester. Construido de madera de contrachapado fenólico, es muy resistente al poseer una superficie tratada y perfiles zincados. El remolque se puede suministrar con un techo de lona. Su ventaja principal es que el chasis da un alto grado de seguridad en carretera, además de ser apto para el uso en terreno no asfaltado gracias a su eje tándem y a sus amortiguadores.
El van de polyester es mucho más elegante, confortable y seguro para el caballo. Convence tanto por su estética como por sus múltiples detalles en favor del animal. Su línea tipo «sandwich» le da una gran apariencia exterior sin ocultar unos prometedores valores en su interior, que cubren las necesidades del caballo. El chasis zincado con ejes tándem y suspensión independiente, garantizarán un comportamiento estable, que se refuerza por poseer el centro de gravedad bajo.
Todos estos remolques tienen el portón de acceso en la parte de atrás del van, si bien alguno puede tenerlo algo ladeado. Son portones de gran apertura que aseguran un buen acceso gracias, en parte, al revestimiento antideslizante del suelo. La rampa, si es en los vanes de polyester, se acciona por muelles de goma. En el interior la modernidad del modelo del van determinará el varillaje de los boxes, la posible utilización de una cámara para la silla de montar con comedero higiénico integrado, y una ventilación funcional que cree el ambiente adecuado para que el caballo se encuentre en unas buenas condiciones climáticas. Una ventana frontal que proporcione luz en el interior, una puerta delantera para el acceso del mozo o cuidador, y una gran variedad de accesorios prácticos para incorporar, son otras de las particularidades de estos remolques.
El camión está concebido para viajar un gran número de caballos, siempre que no se ejerza un transporte masificado de animales. Los camiones y trailers evitan los problemas de la limitación de espacio que representa el remolque. No solo cumplen este fin, sino que además aportan seguridad, confort y estética, llegando hasta tener 16 plazas en su espacio interior para los animales.
Las precauciones no deben variar por muy seguro que sea el camión, pues cuanto mayor sea el número de caballos mayor será la responsabilidad del conductor y propietario. Por ello, estos camiones están dotados en su interior de boxes movibles que garantizan espacio suficiente, pasillo reservado para el acceso del caballo, suelo robusto y anti-deslizanté, estabilidad-asegurada por la suspensión y el centro de gravedad lo más bajo posible, y una correcta ventilación.
Hoy en día se encuentran camiones de hasta 17 metros de largo y un tonelaje de lo más variado, dotados de dormitorio para el mozo, lavabo, circuito interno de televisión, calefacción, aire acondicionado, tapicería, terraza, etc. Para evitar las brusquedades disponen de motor, frenado y suspensión, que garantizan y facilitan una regular y estable circulación. El empleo del camión está más en sintonía con el servicio de clubs y federaciones, por contra, el van es más casero y autónomo.
Por último, está la auto-caravana o movi-home, de una sola pieza, con unas características propias que poco a poco se está introduciendo en el mercado. Como las anteriores, además de seguridad, confort y robustez, el objetivo será tratar de minimizar en lo posible el efecto del stress del caballo en el viaje. Compuesto de materiales modernos muy resistentes que permiten por su ligereza aumentar sensiblemente la carga útil del vehículo, la auto-caravana tiene espacio para dos caballos, que acostumbran a ser introducidos por una puerta lateral, que ofrece entre sus múltiples ventajas un espacio más amplio.
El portón trasero sirve, además de dar más claridad al interior en el momento de embarcar al caballo, como salida de emergencia. Dos ventanas laterales, una ventilación correcta, una superficie baja respecto al suelo con dobles ruedas traseras, una correcta altura del techo, un recubrimiento del suelo y rampa en material antideslizante, y un perfecto equilibrio entre el peso del motor y de la carga, son algunas de sus características.
Transporte ferroviario
La práctica del transporte por tren se ha visto en los últimos años abocada a su casi desaparición. Muchas son las causas: los nuevos medios que facilitan una mayor modernización, traducida en seguridad y confort, con la que no puede competir el vagón; la dificultad que significa que el servicio ofrecido por el tren finalice en la estación, con lo cual el propietario tiene que tener preparado otro medio para llevar a sus ejemplares hasta el lugar indicado, y la larga duración que puede tener el viaje por tratarse de vagones de mercancías, siempre expuestos a paradas más largas de las habituales. Por contra, tiene la ventaja de ser un transporte en comparación con otros, muy económico para el usuario.
Los vagones, de metal o madera, tienen una medida aproximada de 12,7 metros de largo, 2,6 metros de ancho y 2,8 metros de alto. Con capacidad para un total de ocho caballos, éstos se encuentran atados a unas argollas que garantizan su fijeza durante el viaje. La limpieza exhaustiva de cada vagón después del viaje, para superar los controles sanitarios, es norma en este tipo de transporte.
Transporte marítimo
El servicio que puede realizar el transporte marítimo de cara al traslado de caballos ha cambiado en los últimos tiempos. La razón radica en las ventajas que facilitan los barcos a poder transportar vanes y camiones, perdiendo la función que ha realizado siempre de facilitar unos cajones con los que poder ser transportados. La oportunidad que ofrece el barco a que el propietario no tenga de prever de otro transporte, bien para llevar al caballo hasta el puerto o bien para recogerlo y llevarlo hasta su destino, supone evitar un alto coste económico y, a su vez, la disponibilidad y comodidad de poder viajar el caballo dentro del van o camión. Hoy en día, el transporte marítimo pasa por ocupar un papel secundario al no desempeñar el servicio con sus propios medios.
Transporte aéreo
El transporte en avión se realiza a nivel internacional y supone un alto desembolso económico. El procedimiento que se efectúa para llevar al caballo no difiere mucho del marítimo, al ser transportados en unos contenedores o cabinas, de capacidad de hasta tres plazas, muy bien acondicionados y siendo lo suficientemente ancho para que el caballo pueda separar bien sus extremidades y mantener su equilibrio. Estas cabinas están dotadas de un asiento para el acompañante, que deberá de actuar correctamente en caso de pánico o histeria del animal.
Las compañías que se dedican a estos traslados hacen llegar unas horas antes al caballo para observar el comportamiento del animal y tomar las precauciones necesarias en caso de manifestar cierta intranquilidad. A falta de 35 o 40 minutos del despegue, lo embarcan con el fin de tenerlo el mínimo tiempo posible dentro de la cabina. El objetivo es evitar el stress, por eso las redes aéreas ofrecen gran seguridad y calidad.
Califica este Artículo:
Deja una respuesta