Historia y difusión del Terranova

Es muy probable que si analizamos detenidamente a este perro, observemos que su carácter, aunque se halla muy definido en toda la raza, varía en muchos casos en f unción del tipo de manto. Aunque la palabra terranova nos traiga a la mente la imagen de un perro unicolor negro, los hay también de color castaño (marrón, chocolate o bronce), así como blanco y negro. Aparte del color, se aprecian entre ellos diferencias de carácter, aunque las aptitudes funcionales básicas se mantengan en todos ellos.
La diversidad de tipos indicada es lo que hace pensar en la existencia de varias razas en su formación, pero, como hemos visto, no hay nada claro al respecto. Estudiando la historia de su lugar de origen, a principios de siglo se dice que la bella raza del terranova se hallaba prácticamente extinguida en la isla, en contraposición a la abundancia de ejemplares de leonberg y mastines del Pirineo. Al menos esto es lo que se desprende de las noticias recogidas directamente en la zona, las cuales también se recogen en la Enciclopedia Espasa Calpe, editada en 1928.
Pero volvamos atrás para situarnos en el año 1860, fecha en que se presentaron los primeros ejemplares de esta raza en el continente europeo. Fue en Inglaterra, en la exposición de Birmingham, donde un par de perros terranova alcanzaron un gran éxito. No obstante, el Kennel Club de Londres no aceptó el terranova como raza hasta el año 1886, fecha en que se fundó en Inglaterra el primer club dedicado a esta raza.
Aquel año coincidía también con su reconocimiento en los Estados Unidos por el Kennel Club americano (AKC); el primer ejemplar inscrito que un sujeto de color negro, de nombre Fly, cuyo número de registro fue el 4.447.
La introducción y difusión del terranova en el mundo fue rápida a partir de entonces, sin duda debido a sus múltiples cualidades psíquicas, que lo hacen idóneo como perro de salvamento, para actuar tanto en tierra firme como en el agua, aunque es en este último medio donde demuestra unas aptitudes más excepcionales.
Además del altísimo nivel que alcanzó la raza en Canadá y los Estados Unidos, en Europa, su primer país de adopción fue Inglaterra. Posteriormente, han sido varios los países que han destacado por su interés en la raza y por haber contribuido a su difusión. Así, en Francia, la raza cuenta actualmente con un gran nivel; prueba de ello es el gran número de competiciones monográficas y campeonatos en el mar que se organizan. En Alemania e Italia, el nivel es también altísimo, y es frecuente que ejemplares de estos países consigan importantes premios en las competiciones de nivel europeo.
Finalmente, como veremos más adelante, los ejemplares nacidos en España nada tienen que envidiar a los de más prestigio de los citados países europeos. Esto es así gracias al inmenso trabajo realizado por el Club Español del Terranova, que con la organización de exposiciones monográficas y la edición de normativas especiales representa una firme garantía en la cría de esta raza en España.
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