Decisión entre castrar o esterilizar a su perro

Si decides no emplear tu macho o tu hembra para criar, o si estás obligado a ello en virtud de un convenio entre tú y el vendedor, toma las disposiciones necesarias con tu veterinario tan pronlo como sea posible. La cirugía que se precisa, tanto para el macho como para la hembra, es sencilla y no dolorosa: los machos serán castrados y a las hembras se les extirparán ovarios y útero. En ambos casos la operación no modifica su personalidad; sin embargo se puede apreciar que el macho está menos inclinado a vagabundear, a meterse en peleas con otros machos y a echarse sobre objetos o personas. Bajo el punto de vista del propietario de un cachorro, un animal menos ansioso e inclinado a corretear en busca de pareja, es siempre un mejor compañero.

El veterinario puede opinar mejor sobre a qué edad debe llevarse a cabo la operación. Con una perra joven la operación puede ser algo más compleja y, por tanto, más costosa, pero a la larga te sentirás satisfecho de haber tomado esta decisión. Después de pasar una o dos noches con el veterinario o en una clínica canina ya se puede reintegrar la perra a casa con toda seguridad. Los puntos cicatrizarán en poco tiempo y al sacarlos apenas notarás el costurón de la operación. Una vez castrada ya no podrá tener cachorros.

Indaga en las sociedades especializadas de tu localidad los programas especiales utilizables por los dueños de perros. En algunos lugares, se puede operar al animal por poco dinero; este bajo precio está establecido para estimular, mediante este procedimiento, el control de natalidad. Las sociedades u otras entidades protectoras de animales sólo pueden albergar un cierto

número de ellos, en función del dinero espacio y otros recursos de que dispon gan. Estas sociedades recomiendan in tervenir a los perros para no tener qur eliminar a cachorros resultantes dr un apareamiento accidental, mientras otros muchos se pierden o son abani donados.